Que será un hito para el sistema de salud. Que la institución tendrá tecnología de punta y la organización será única en el NOA. Que descongestionará las listas de espera para cirugías que no requieran internación. Todas esas forman parte de las promesas oficiales sobre el hospital de día “Néstor Kirchner” (ex sanatorio ADOS), que será reinaugurado el miércoles 30 de julio.
En paralelo, extraoficialmente, las expectativas políticas también bullen en torno al acontecimiento. Ocurre que la reactivación estaba prevista para 2010. Un derrotero de anuncios incumplidos la convirtieron en una de las obras con más postergaciones y una de las más anheladas por el alperovichismo.
“Decidimos que nuestra manera de hacer política es la gestión. Inaugurar un hospital o la ruta 38 es política”, advirtió el gobernador, José Alperovich, esta semana. De hecho, el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur- cuyo nombre suena como uno de los posibles candidatos a suceder al mandatario en 2015- parece ser el que más ha capitalizado la reapertura. El vicegobernador (con licencia) ha brindado en las últimas semanas visitas a legisladores y autoridades por las remozadas instalaciones.
“Este hospital no tiene nada que envidiarle al mejor sanatorio de Buenos Aires”, valoró Manzur durante la última recorrida. Alperovich, por su parte, anunció que pretenden alcanzar las 50 operaciones diarias. “Antes nos faltaban CAPs, remedios y vacunas. Ahora tenemos todo y trabajaremos para mejorar la calidad de atención”, proyectó el titular del Ejecutivo. La Casa de Gobierno remarcó que es el cuarto hospital abierto desde el inicio de la gestión, en 2003 (los anteriores fueron el de Aguilares, el Eva Perón (del Este) y la Maternidad de Concepción).
El ministro de Salud local, Pablo Yedlin, detalló que la institución ubicada en Mendoza al 100 se pondrá en marcha por etapas, hasta fin de año. En la primera, el corazón del “Néstor Kirchner” serán los quirófanos. “Será un centro de cirugía ambulatoria. Los pacientes de bajo riesgo podrán operarse e irse a su casa. Los turnos se generarán por las listas de espera de nuestros hospitales y clínicas. La idea es alcanzar las 1.000 por mes cuando se esté trabajando a pleno”, adelantó.
El funcionario precisó que se invirtieron unos $67 millones en la refuncionalización ($36 millones en la obra civil, $2 millones en el inmueble y $29 millones en el equipamiento completo). “Estimamos que el gasto mensual será de $10 millones, una mitad en recursos humanos y la otra, en los insumos”, concluyó.
El plantel que trabajará en esta instancia está conformado por 120 trabajadores de la salud. Se espera que, en total, se emplee a 350 empleados.
Samuel Semrik, el director del hospital, describió que se contará con especialistas en diversas especialidades. En una de las plantas, añadió, funcionará el área de Hematooncología, la central del servicio en la provincia.
Intervención y deudas
Tucumán recuperará una institución histórica. El sanatorio había sido el edificio principal de prestaciones de la Asociación de Obras Sociales -de ahí sus siglas-, desde 1972. Había nacido como iniciativa de una veintena de sindicatos; fue intervenido durante la dictadura en los 70’; vivió su esplendor y estuvo ahogado por la inflación en los 80 y quebró, fue cerrado -y reabierto- en los 90. La tempestuosa vida del ADOS ha fluctuado entre el reconocimiento por la excelencia médica y las crisis.
Tras ese derrotero, permaneció cerrado hasta que en 2006 el Estado compró el edificio. En 2009, la Provincia firmó un acuerdo con el PAMI: la obra social de los abuelos financiaría las obras a cambio de prestaciones para sus afiliados durante 10 años (en instituciones del Siprosa). En ese entonces, Alperovich y el interventor del organismo nacional, Luciano Di Césare, anunciaron que el plazo de los trabajos era de 18 meses y que sería inaugurado a fines de 2010. Lo mismo se prometió cada año desde entonces.